Sé que "El pianista" es súper conocida, pero yo soy malísima para ver películas, así que se entiende que recién la haya visto ayer por primera vez y solamente porque me la topé de casualidad en la televisión y me dio flojera cambiar el canal.
Esta película está basada en las memorias de Wladyslaw Szpilman, músico polaco nacido en 1911 en el seno de una familia judía. Como se imaginan, él y su familia fueron perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial, evento sobre el cual se desarrolla la película, y se muestra cómo pudo sortear la muerte durante el Holocausto.
Resulta que, ya casi al final de la guerra, Varsovia estaba desolada y deshabitada, sin embargo Wladyslaw seguía ahí, escondiéndose entre las casas abandonadas: desnutrido, con frío, con miedo, sin saber qué era lo sucedía afuera y completamente solo. En una de esas casas se encuentra con Wilm Hosenfeld, oficial nazi que finalmente lo ayuda con alimento y abrigo hasta la avanzada del Ejército Rojo, poniendo así el fin de la guerra y el pianista estando a salvo.
Wilm Hosenfeld en El Pianista.
Y fue este personaje quien finalmente llamó mi atención.
Wilm Hosenfeld nació en Alemania en 1895. Era profesor, cristiano, orgulloso patriota, poseía gran compromiso social, esposo y padre de 5 hijos.
Se había unido al Partido Nacional Socialista en 1935, tras haber quedado completamente fascinado al escuchar un discurso de Hitler, y llegó a ser capitán. Sin embargo, con el paso del tiempo y tras ver los hechos y actitudes de los demás alemanes, se sintió desencantado y engañado. Desaprobaba completamente el nuevo régimen, por lo que hizo lo que consideraba que era correcto: Ayudar a judíos, polacos y a cualquiera que necesitara auxilio.
Durante los años de guerra, incontables veces escondió y salvó a personas de la muerte, sin embargo, esto no fue considerado cuando los rusos avanzaron y capturaron a los ejércitos alemanes para llevarlos a los campos de concentración soviéticos. Hosenfeld también fue capturado, interrogado, torturado y condenado a 25 años de trabajos forzados por crímenes de guerra que jamás fueron probados. Estaba desnutrido, enfermo, con apoplejía, sin recibir atención médica. Aunque muchos de los que fueron ayudados por él dieron testimonio de que no había cometido crímenes, sino todo lo contrario, jamás fueron escuchados y Hosenfeld falleció en 1952. Tenía 57 años.
"El hecho es que toda suerte de canallas y malhechores siguen libres, mientras que este hombre, que merece una condecoración, tiene que sufrir". Leon Warm (1950), judío salvado por Hosenfeld en Varsovia.
Este oficial alemán pasó por la historia anónimamente hasta la publicación de las memorias de Wladyslaw Szpilman, censuradas después de la guerra, ya que las nuevas autoridades comunistas no encontraron adecuado que se buscara la redención de un nazi. Su historia fue publicada nuevamente 50 años después, y ahora es conocida por todos gracias a la película de Roman Polanski: El pianista.
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